Rescatará Conaculta la faceta de periodista de Rafael Solana

Julio_Trujillo_Raquel_Huerta_nava_Eduardo_Vazquez_Martin_Elsie_Mendez_Baillet_Y_Claudio_R_Delgado_FSM_5997b16 de agosto de 2015 (Maya Comunicación/Circulo Digital)  La presencia de amigos, familiares, protagonistas y seguidores de la dramaturgia, poesía y novela de Rafael Solana (Jalapa, 7 de agosto, 1915-Ciudad de México, 6 de septiembre, 1992) se distinguió en el Museo de la Ciudad de México el jueves 13 de agosto, día en que diferentes instituciones culturales y editoriales anunciaron diferentes acciones para recordar al periodista veracruzano.

 

La conmemoración del centenario es la coyuntura ideal para revalorar a un escritor desatendido, comentó Julio Trujillo, director editorial de la Dirección General de Publicaciones (DGP), quien agregó que Rafael Solana no puede seguir condenado a ser exclusivamente el fundador de Vuelta, junto con Octavio Paz y Efraín Huerta.

 

Recordó que Solana fue un notable escritor polifacético: novelista, cuentista, poeta, dramaturgo, guionista, crítico de cine, teatro, cronista taurino, pero sobre todo fue un gran periodista.

 

Julio Trujillo refirió, en nombre del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), que por ello la DGP quiso rescatar justamente esa faceta, la de periodista, con Mil nombres propios. En las planas de El Universal, una antología de sus colaboraciones en la casa en la que creció, libro realizado en coedición con el Fondo de Cultura Económica cuya selección estuvo a cargo de Claudio R. Delgado, estudioso de su obra.

 

Cabe precisar que la Secretaría de Cultura capitalina, en coordinación con el Fondo de Cultura Económica (FCE), la Dirección General de Publicaciones del Conaculta, la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto Veracruzano de la Cultura y la Universidad Veracruzana, comenzaron con las actividades con motivo del homenaje Rafael Solana. 100 años.

 

Elsie Méndez Baillet mencionó que reunirse para conmemorar los 100 años del natalicio de Rafael Solana validaba la palabra amistad, la más valiosa para el escritor, pues representaba para él la más pura y noble forma de amor, “creo haberla dado sin tasa y me consta haberla recibido por encima de toda medida; me fue hecha justicia, me fue brindada generosamente y cada grano de amistad que coseché no fue en pago por ninguna virtud ni esfuerzo alguno”, escribiría el autor.

 

La vida de Rafael Solana fue rica y fructífera en la dramaturgia, el periodismo, la literatura, la poesía, la música. En sus cuentos y obras de teatro se descubre el sentido del humor del autor, fue un satírico brillante para México.

 

Cuando un libro se publica es una fiesta, y hoy celebramos a Solana con dos magníficos libros, señaló Claudio R. Delgado, investigador y estudioso del escritor. En Tres puntos cardinales: poesía, novela, teatro, el lector podrá cercarse a un escritor con un gran dominio del idioma y del lenguaje.

 

Agregó que Rafael Solana es un escritor que se bebe como si fuera un vaso con agua, por la prosa, por la forma que escribe, por la transparencia con la que expresa sus ideas, como narra. “Es un escritor con el que nunca nos perdemos durante la lectura, porque nos lleva de pe a pa, siempre de la mano, siempre nos va señalando, nos da detalles, nos da colores, nos da olores”, indicó el también periodista.

 

Contrario a lo que pensaba Rafael Solana, que sólo en la juventud se puede ser poeta, para Claudio R. Delgado, el escritor a quien se le rinde homenaje siempre fue un poeta, entre otros es y será eso siempre, eso hasta el final. Creo que difícilmente uno se puede quitar ese sentir de la palabra a través de la poesía, el lector hoy puede acercarse a un escritor con un gran dominio del idioma, con un gran dominio del lenguaje.

 

Rafael Solana, un escritor versátil, empeñado y enamorado de todos los géneros literarios, empezó a escribir el periodismo a los 11 años de edad en la revista Multitudes. Era un devorador de libros, leía 100 ejemplares al mes cuando iba en la secundaria, para él era importante viajar, pero más importante leer.

 

Como periodista fue uno de los más completos que había, fue un gran amigo, un hombre fraterno, un gran ser humano. Tuvo grandes amistades en su vida: Efraín Huerta, Luis Spota, Luis G. Basurto y José Pagés Llergo. Amistades que tienen que ver con la poesía, con la novela, el teatro y con el periodismo, respectivamente, cuatro ramas de las letras en las que Solana tiene brillantez.

 

 

Redescubrir a Solana: Huerta-Nava

 

Un país de luz es un ramo de crónicas concernientes a la ciudad, al bosque de Chapultepec, a los volcanes, al rebozo mexicano, reflexiones sobre tradiciones, referencias de nuestra vida, el cual fue compilado y cuidado por Raquel Huerta-Nava.

 

En este sentido, la editora y escritora manifestó que se encontró con un Solana más combativo, más firme, con más energía que se tiene a los venititantos años; desde sus primeros artículos mostró una claridad expresiva impresionante, una capacidad de detalle fabulosa, tanto de detalle material como de lo emocional, de lo sentimental, que eso es algo impecable y que seguro es una de las características que lo deben haber consolidado como dramaturgo.

 

“Para mí, creo que este centenario es redescubrir a Solana, darle su lugar, revalorarlo, conocerlo, traerlo de nuevo entre nosotros, disfrutar con él, reírnos con él, y sobre todo, lo más importante para todo, escritor, volverlo a leer, que se vuelvan a presentar sus obras en el teatro, volverlo a la vida porque mientras uno haga eso con un artista, sigue vigente”, afirmó Raquel Huerta-Nava, hija del poeta Efraín Huerta.

 

Un país de luz. Crónicas, en el que reunió textos sobre México, en ese género periodístico, escritos por Solana. La obra fue editada por MarVar Ediciones y la Secretaría de Cultura.

 

La segunda pieza es Tres puntos cardinales: Poesía, novela, teatro, compilada por Claudio R. Delgado y publicada bajo el sello de la Colección Popular del Fondo de Cultura Económica, en coedición con el Conaculta y el Instituto Veracruzano de Cultura.

 

La tercera publicación es Mil nombres propios. En las planas de El Universal que reúne las colaboraciones de Solana en el diario entre 1929 y 1992.