Organizaciones civiles en Cancún denuncian destrucción total de zona de manglar en el Caribe mexicano

De acuerdo a la organización Salvemos Manglar Tajamar, creada para aunar esfuerzos en torno a la defensa de la comunidad frente a un polémico emprendimiento inmobiliario, desde el fin de semana decenas de máquinas han ingresado a la zona.

El desarrollo es de 800,000 metros cuadrados es el Malecón Tajamar Cancún, ubicado sobre más de un kilómetro frente a la laguna Nichupté y ha sido impulsado por el propio Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).

Más de 100 niños promovieron un amparo contra el proyecto el año pasado y lograron la suspensión de las obras.

El proyecto ha unido a la comunidad de Cancún en torno a la defensa del medio ambiente y a lo que, se asegura, implicará la destrucción de un preciado ecosistema de manglares en la zona de la laguna.

“Estamos consternados, enojados, ha sido criminal”, dice Araceli Domínguez, presidenta del Grupo Ecologista del Mayab (Gema), una de las organizaciones que ha participado en las acciones contra el proyecto Malecón Tajamar.

Domínguez asegura que en la madrugada del sábado ingresaron granaderos y trabajadores con maquinaria pesada para iniciar las tareas de remoción.

“Destruyeron 100% de la vegetación, mataron animales, no hicieron rescate de flora y fauna, muchos animales murieron, pudimos entrar y todavía hay animales vivos”, dice.

La comunidad presentó un amparo el martes y lo ganó para que no se puedan rellenar los humedales ni construir “hasta que esto se resuelva”, explica Domínguez.

El gobierno del estado de Quintana Roo había asegurado en un comunicado que el reinicio de las obras de desmonte se dio luego de que un juez dejó sin efecto la suspensión que pesaba contra dichos trabajos.

El desarrollo ha sido cuestionado desde sus comienzos luego de que la Semarnat lo autorizara diez años atrás tras ser presentado por Fonatur.

Malecón Tajamar Cancún recibió un polémico permiso ambiental en 2005, pues Fonatur había señaló que no era una zona de manglar y no está claro por qué se tardaron tanto en comenzar las obras recién a mediados del año pasado.

Tras la fuerte movilización popular, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), un órgano “desconcentrado” de la Semarnat, realizó una inspección meses atrás y determinó que “el responsable del proyecto (…) no exhibió las autorizaciones correspondientes de ley”.

La fiscalía ambiental, que ordenó la suspensión temporal, tomó muestras para evaluar el daño ambiental ocasionada por la remoción de vegetación del tipo “selva baja” y “mangle”.

La Profepa las considera de “suma importancia ecológica” por ser una barrera natural contra fenómenos meteorológicos

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