«La Grilla en Rosa» de Fabio (versión que compra trebejos)
En serio el mesías anda muy ganosito de algo que lo haga parecerse siquiera a la mugre de las uñas de los héroes de lo que queda de la Patria. Ya «nacionalizó» como tres veces el litio (nacionalizado, junto a todos los minerales del país, en 1917), se siente Tata Lázaro luchando contra las energías limpias en favor del petróleo y, cuando un vivillo lo convence, agarra y compra fierros viejos y se siente más heroico que Juan Escutia, Benito Juárez y la Señorita Laura juntos.
Primero, nos presentó como gran logro comprar una refinería en Texas de la que Shell ya le urgía desprenderse. Y que llega Don Energías Fósiles y que la compra -al cabo el dinero no es suyo-, dizque para producir en Estados Unidos la gasolina que sus cuates se roban vía la creciente red de huachicoleo de combustibles.
Vivas y porras por la compra desde la tribuna más alejada del ácido fólico del país. Ya que andaba en esas, ofrecían otras refinerías a precio de ganga, mismas que habrían ahorrado mucho más de lo que se ha robado la corrupta Rocío Nahle en el parque acuático Dos Bocas.
Por cierto, la refinería de Deer Park no costó 600 millones de dólares, si no tres veces más, de acuerdo a revelaciones de Anonymous y los Guacamaya Leaks.
Ahora, nos quieren vender la idea de que el Adolfo López Mateos 2 punto crecimiento menos cero ha «nacionalizado» trece plantas de una de las compañías que el mesías más maldecía y abominaba, la española Iberdrola.
Pues antier, mucha sonrisa y mucha buena onda de por medio, el dirigente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, se reunió con el Iluminado y luego éste anunció a voz de pecho la «nacionalización» de las plantas de generación eléctrica que la compañía ya no quería.
How come? Pues sí: contrario a lo que el desgobierno federal difunde y propaga, la compañía sí da paso con huarache y planea lo que quiere, que es la descarbonización de su producción de electricidad. Las plantas en cuestión funcionan con gas y otros combustibles fósiles, además de que al que le vendían la energía era… el propio desgobierno de AMLO.
De modo que Iberdrola tiró peso muerto y se llevó una lanota de paso, a la vez de que se deshizo de una megamulta que le había inventado este desgobierno y alza sus bonos al proyectar toda su producción en base a energías limpias, como la solar, la eólica y la maremotriz.
Otro detallín: el desgobierno «nacionalizador» NO ES DUEÑO DE LAS PLANTAS, pues las adquirió un fondo de inversión del que forma parte.
Así explica eso la columna «Templo Mayor» de Reforma:
«…quien realmente está haciendo la compra es un fondo pri-va-do de inversión, cuyo nombre resulta imposible de leer para Enrique Peña Nieto, pues se llama México Infrastructure Partners. Si bien tiene recursos del Fonadin, el fideicomiso gubernamental para infraestructura, en los hechos será MIP la dueña de las plantas… que operará la CFE. No queda claro si se las van a rentar, a revender o si el gobierno tendrá que pagar alguna especie de contraprestación.
«POR DONDE se le vea, la compra de las centrales va en contra de toda lógica económica o energética, pues responde solamente a una cuestión ideológica: el de la supuesta soberanía energética dándole a la CFE, a punta de billetazos, una mayor tajada del mercado eléctrico.
«EL COLMO es que la energía que generaba Iberdrola era comprada justamente por la CFE. Y además la adquiría mucho más barata, pues ya se sabe que la empresa de Manuel Bartlett genera energía sucia y cara. ¿Será que la CFE aprenda a hacer mejor las cosas o que las nuevas centrales adopten las malas prácticas gubernamentales? Es pregunta que da toques».
¿Ya, contentos? Ni fue «nacionalización» ni fue negocio, como es la tónica de la casa.
De modo que espero que, desde el mascotero hasta la más zalamera de sus mascotas le bajen dos rayitas a su triunfalismo sobre la «nacionalización», pues no hay tal. Comprar plantas eléctricas ya casi obsoletas fue una necedad, otra ocurrencia: una «necionalización».
Demostró las incongruencias en la mueblería mental del Iluminado, quien primero le cantó pleito a todo lo que oliera a español, y termina por comprarles su chatarra, con dinero público, claro, endeudando más al país.
Y, además, se refrenda que, si algún lugar le corresponde al mesías en la historieta de México, es el del peor, más corrupto, más inepto y más autoritario presidente del que se tenga memoria en la historia de nuestro país como nación.
De modo que ni piensen en hacerle estatuas o hacerlo pasar por gran hombre. Hasta a Antonio López de Santa Anna, Luis Echeverría, José López Portillo y Enrique peña Nieto, los peores presidentes que se han padecido, lo verían con asquito.
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