«La Grilla en Rosa» de Fabio -versión chiquis para que la grillada sea de volón pin pón-
Toda la semana el tema ha sido que la muy inutilita Guardia Nacional sea de planamente adherida a la Secretaría de la Defensa Nacional (del Mesías), valiendo quiote que eso se inconstitucional y que así se haya elevado a nivel del libro más ignorado del país en un acuerdo aprobado por la secta y su líder.
¿Que no se puede porque viola la Constitución? Pues la solución es fácil: la violamos de todos modos, pero por este ladito de acá, aprobando, gracias a los inútiles minions de la secta en la Cámara de Diputados, leyes secundarias que si no la hacen constitucional harán que no sea inconstitucional, como la «reforma eléctrica» que en tantos y graciosos problemas ya tiene al país embroncado -muy demandas muy serias, minimizadas desde Palacio- con Estados Unidos y Canadá.
El pretexto es que la mentada y tan llevada y traída Carabina de Ambrosio, digo, Guardia Nacional, ya está en los hechos llena de soldados que fueron pasados a fuerza a sus filas, y que como las simulaciones son muy gachas cucarachas, pues si lo sabe Dios, el generalito vendido que encabeza la SEDENA y Pejito, ya de una vez que lo sepa el mundo, pues al fin y al cabo la legalidad me da risa.
Los guachos, felices de que les sigan comprando honor y juramento a la Patria al precio que ellos digan, pues a cambio nomás les piden apuntalar el régimen de dictadura wannabe que pretende el macuspano, todo ello sin rendir cuentas a nadie, ni siquiera al comprador de los honores militares. «Qué barato, qué barato», como decía cierto payaso televisivo.
A estas alturas del partido, usted se preguntará: «¿Y para qué ha servido la Guardia Nacional?» Además de Border Patrol que come tortillas, para nada. No han hecho una detención importante, un decomiso de drogas que valga la pena, cuando hay hechos delictivos no se mueven para nada o llegan tarde, toleran narcos y delincuentes en general y son maltratados por el mesías haciéndolos dormir en estacionamientos, en el suelo y sin baños.
Todo esto va en el sentido de militarizar todo para que no podamos mover al mesías de la silla después de que se le acabe el veinte en 2024, pues por aquello del valor sentimental no quiere separarse del poder, gracias a la cual se vive tan padre sin trabajar.
Porque a menos que salir dos horas diarias en promedio a decir estupideces, a insultar a todos -menos a los vendidos a la secta-, a espantar inversiones, a proferir amenazas, a repetir sus gastadas «ocurrencias», a levantar falsos, a imponer la ley de sus calzones , romper la legalidad y a perder el tiempo, don Peje no trabaja nada como presidente.
Tampoco cuenta que se levante con horario de lechero a reuniones de dizque seguridad en las que sólo le dicen cómo va el marcador de sus muertitos (no los de Peña, no los de Calderón), y que él con la gracia de una dama opte por la actitud que Juan Ruiz de Alarcón describía con elegancia: seguir haciéndose güey.
La Guardia pretoriana ya mostró para qué la quieren, al impedir al impresentable (por si no sabían) pero perseguido por Pejito, dirigente de lo que queda del PRI, Alito Moreno, entrar a los salones de comisiones de la Cámara de Diputados para evitar que pudieran destituirlo de la presidencia de la Comisión de Gobernación sin darle chance de defenderse.
De los minions que antes criticaban la militarización y ahora la defienden hablaremos luego. Stay tuned.
Sólo para eso, y para subyugar al país, es que los quiere el Iluminado. Hay que impedirlo.
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