El visitante de la Casa Blanca

«La Grilla en Rosa» de Fabio -versión cortita para grillar de volada-

Nomás vergüenzas fue a dar el jefe de campaña del partido #Morenarco , que no presidente de México, en su minivisita a la Casa Blanca, en donde se achicó y se puso en su verdadera dimensión ante el preciso gabacho al que se ha dedicado a hacerle grosería tras grosería.

Lo recibieron como merecía alguien que boicoteó recio y quedito la Cumbre de las Américas por interceder por los tres dictadores que hay en el continente, Nicolás Maduro, Daniel Ortega y sus ídolos Castro y Diez-Canell de Cuba; como quien ha despreciado a Joe Biden por la debilidad inducida por su hermanito gemelo antimexicano Trump y sus hordas de ultraderechistas armados hasta en la última caries; y, finalmente, tuvo el trato merecido para el que se hizo una con el populista nazi naranja y se negó a reconocer el triunfo de Biden como presidente gringo por apoyar a su amiguis, ese que ha presumido cómo lo dobló sólo con verlo, obteniendo de él todo lo que quiso.

Biden no lo esperó en la puerta de la Casa Blanca; no tuvo trato de mandatario; en el encuentro público con Biden habló a lo tonto y con sus acostumbradas tonterías y «clases «de historia que sólo impresionaban al chayicaturista Helguera del Diario Oficial «La Jornada». Aburrió a Biden, que tuvo que hacer esfuerzos titánicos para no soltar la carcajada ante las burradas y sinsentidos del macuspano; también se esforzó para no bostezar ni quedarse jetón en la mañanerita de Washington. Tan aburrió a Biden que este de plano lo interrumpió para felicitar a una reportera que llevaba media hora grabando el no-encuentro.

Las fotos que muestran al diosecito sentado como si fuera una cantina, en la peor facha posible, demostrando que estaba aterrado y sin saber qué hacer, son como para suicidarse viendo todas las secciones de la Vilchismosa de corridito.

Del encuentro no salió nada importante ni concreto, y ni siquiera mereció la atención de la prensa gabacha. No quiso tampoco una rueda de prensa sin «reporteros» amaestrados ni preguntas a modo; no vio a ningún líder importante, y antes de llegar lo criticaron bien y bonito los dipus y senadores gringos que su pejestad ha atacado desde su misa de siete.

De vergüenza ver cómo se comportó el aldeano ante la vicepresienta Kamala Harris y ante Biden, de quienes no entendió una sola palabra de lo que le decían porque pues como es inglés, idiomita sin importancia en el mundo actual, no entra en la mueblería mental del mesías hablarlo o siquiera entenderlo. Qué penita, neta.

Para esas visitas, que se quede en su podio de las mentiras diarias.

Claro, allá en el gabacho no faltan las mascotitas que van a echarle porras, muy poquitas, pues junta más gente una cucaracha en la sopa. Que los paleros se regresen a México si está tan bien como ellos dicen. Las edecanes del narco los recibirán con gusto.