El mugrero democrático

«La Grilla en Rosa» de Fabio

Los que se pasan gritando a los cuatro vientos que son los únicos y verdaderos representantes de la democracia, los que sienten que el país les fue escriturado porque el mesías inepto obtuvo una votación inusitada, los que dicen que tienen toda la superioridad del mundo, los que quieren acabar con el INE porque dicen que es «muy caro y tramposo», mostraron todo el abanico de trácalas que han perfeccionado y con las que quieren perpetuarse en el poder.

Lo inventado por el PRI lo refinaron los otros partidos, pero lo perfeccionaron en la secta oficialista. Los acarreos descarados, la compra de votos, la coacción a ir y checar asistencia a riesgo de perder el trabajo o el pago prometido, la descarada compra del sufragio, el traslado de adultos mayores y gente que ni sabía a qué iba, la línea para votar incluyendo los nombres por los que debían cargar los dados, la corrupción generalizada. Un circo de mil pistas que el maestro de ceremonias de Palacio nomás no pudo controlar.

Los morenarcos no dejaron una pa’ comadre. Las quejas y trampas, trompizas y quema de papeletas y urnas incluidas, se dieron en todo el país, por más que el creador del Frankestein presumiera que fue una «jornada democrática», y que sí hubo trampas, pero nomás poquitas, de modo que desde su obesidad visual no hay fijón.

Lo que llama la atención es el esfuerzo denodado y el enorme costo y esfuerzo en llegar a ser consejero de la secta oficial. ¿Qué les dan o qué beneficios tienen (aparte de la impunidad garantizada, los sueldos altos y el nepotismo suficiente para meter a todo el árbol familiar a la nómina oficial) que pelean tanto e invierten tanta lana comprando voluntades y acarreando borregos para llegar a ese puesto?

La bendita corrupción, que según el mesías ya se acabó, es el aceitito con el que funciona la secta y es el ADN del Iluminado Hundidor de la Patria.

Y estos son los que quieren acabar con el INE que por «caro y antidemocrático». ¿Cuánto costó este nuevo remedo de votaciones internas? No en el costo oficial, si no con todo el dinero en efectivo que se repartió de mano en mano para comprar atarantados para votar. Ni barato ni democrático, ¿verdad?

Y casos como el de la tartamuda con IQ de 50, la Vilchismosa -la de la función de mentiras de los miércoles, en las que miente más y nada aclara de todos los cuentos oficiales- brincándose la fila para votar en chinga mientras la perrada esperó horas para hacerlo. Y la tartamuda y su panzón marido se justificaron con uno de los pretextos preferidos de la raza de la generación de cristal y otra fauna, diciendo que tienen un niño con autismo, y que éste estaba a punto de hacer una escena. Ajá.

La conclusión: defendamos al INE de los animalados y fanáticos borregos del mesías, o las votaciones se convertirán en lo que vimos en el fin de semana.

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