Solo hay 962 psicólogos para atender la salud mental en el país.

Morelia, Mich., 25 de julio de 2021.– México es un país desatendido por parte de las autoridades en el tema de la salud mental, ya que son apenas 962 psicólogos los que laboran en el sector salud a nivel federal, según información de la Secretaría de Salud de México en respuesta a una solicitud de información.
México actualmente tiene un total de 126,014,024 habitantes según el INEGI en su Censo de Población y Vivienda 2020, y basado en el número de psicólogos, cada uno debería atender a más de 130 mil personas, hecho que es humanamente imposible, es una explicación de la desatención que tienen las autoridades con su población y es parte del fomento de la violencia por sus omisiones.
Durante el 2020 se comenzó a vivir una pandemia que afecta gravemente la salud mental de las y los mexicanos, aunado al hecho de que sea casi imposible acceder a un servicio público para tratar la salud mental, ya que no hay psicólogos, ni espacios de atención profesionales de parte del Gobierno Federal, violando los derechos humanos de las y los mexicanos.
La recuperación de los pacientes con COVID-19 así como las personas que han sido víctimas de depresión, ansiedad o de la violencia tienen un escenario gris para su futuro.
Los gobiernos locales no han hecho mucho al respecto, más que solo imponer medidas coercitivas que poco han ayudado a la población, durante la pandemia los servicios públicos debían tener mayor número de psicólogos, pero Gobiernos locales, como el de Michoacán por ejemplo, decidieron no renovar contratos a los pocos psicólogos con que contaba, dejando la salud mental de las y los ciudadanos en un estado de franco abandono.
Este hecho va en detrimento de la sociedad, que cada día sufre más los efectos de la violencia social y de una pandemia que se ha vuelto más larga de lo esperado, provocando con ello un aumento incesante de violencia por la falta de atención a la salud mental de los jóvenes y adultos.
El tiempo de la cuarta transformación está en marcha, y la deuda histórica con las y los trabajadores de la salud mental sigue corriendo día a día, en cifras, en hechos y en violaciones del derecho humano a la salud.