Producciones Monreal o la tambora zacatecana

Tal Cual/Luis Carlos Rodríguez González

México, 19 de octubre de 2015.- Conocí al entonces líder de El Barzón y senador por Zacatecas, Juan José Quirino Salas, hace casi 15 años.  Eran los tiempos de protestas de los barzonistas y el político zacatecano se bajó su flamante camioneta BMW, de casi un millón de aquellos pesos, para subirse a un viejo caballo alquilado en Xochimilco y trasladado en camioneta hasta la antigua sede del Senado de la República.

No contaba el líder barzonista que justo cuando se bajaba de su BMW, en un callejón contiguo al Senado, yo iba llegando y me tocó ver cómo se despojaba del saco Armani, se quitaba el caro reloj y se enfundaba en una chamarra de mezclilla y en un sombrero sencillo de palma, todo para encabezar una marcha de protesta en contra de las políticas que empobrecen al campo mexicano.

“De la BMW al viejo jamelgo” titulé mi crónica, que fue reproducida en periódicos y en algunos noticieros de radio. Entre otros Pepe Cárdenas en Radio Fórmula que sin rubor la leyó al aire sin darle crédito a este reportero o a la agencia Notimex.

Por qué traer esta vieja crónica al presente. Ni  más ni menos que por otro político zacatecano, Ricardo Monreal Avila quien al parecer aprendió muy bien estos usos, costumbres y tamborazos. Hace unos días un amigo periodista me contó que vio como abordaba el Metro Hidalgo el nuevo  delegado en Cuauhtémoc para subirse a este transporte y recorrer una estación rumbo a la parada Revolución, la más cercana a sus nuevas oficinas.

Obviamente su chofer lo dejó en el Metro y la gente que lo ve bajarse pensaría que cotidianamente usa el Metro desde su casa. No es la primera vez que recurre a este tipo de acciones para demostrar que es un ciudadano “de a pie”.

Frecuentemente come en el restaurante de comida española “Gaudí”, sobre Reforma, con sus colaboradores, incluido su hermano el senador David Monreal.

Cuando se daban las manifestaciones contra la Reforma Energética, en diciembre del 2013, y los seguidores de Andrés Manuel López Obrador comían en las banquetas y pernoctaban en las calles, el clan Monreal Avila realizaban las acciones de resistencia  desde este restaurante degustando paella, pulpo, jamón serrano y algunos vinos. Hasta en la lucha social hay niveles.

Hasta la fecha son asiduos a este sitio. Salen de ahí en un austero y modelo antiguo Nissan Sentra hasta las cercanías del Senado y ahí cambian sus vehículos por sus lujosas camionetas.

Recientemente el diario “El Universal” publicó un reportaje sobre las propiedades de los 13 hermanos Monreal en Zacatecas: 1,400 hectáreas de tierra de labor, cuatro ranchos agrícolas, plantas agroindustriales, gasolineras y fincas residenciales, todo ello en los municipios de Fresnillo, Valparaíso y Guadalupe.

No hay que olvidar el escándalo mediático cuando el senador David Monreal y su entonces hermano diputado, Ricardo, habrían sido objeto de un plan para asesinarlos. La entonces PGR, a cargo de un entrañable amigo del ex gobernador de Zacatecas, Jesús Murillo Karam, descubrieron el complot, que nunca quedo debidamente aclarado y cuyos presuntos responsables denunciaron ser “chivos expiatorios”.

Por ello, el reciente caso de la entrega de un portafolio con 1.5 millones de pesos al flamante delegado en la Cuauhtémoc, que denunció  podrían ser un presunto pago de extorsiones a comerciantes, tiene más el olor a un plan mediático para proyectarlo como el paladín contra la corrupción y candidato natural para la jefatura del Gobierno del DF, todo ello bajo la marca de “Producciones Monreal” o la política zacatecana del tamborazo.

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