El cada vez mayor gusto de los consumidores norteamericanos por el aguacate ha vuelto al estado de Michoacán un punto de disputa entre más de 12 grupos criminales por las ganancias que genera este fruto.
La industria, valuada en decenas de miles de millones de pesos anuales, ha provocado hechos de violencia e incluso deforestación de varias zonas del estado por parte de estos grupos armados, quienes armados de motosierras y rifles de alto calibre buscan ampliar las zonas de siembra del llamado “oro verde”.
Los cárteles explotan todo la cadena del negocio del aguacate en ciudades como Uruapan, desde los dueños de los plantíos hasta los trabajadores que recolectan la valiosa fruta.
Por ejemplo, el pasado marzo, el grupo de los Viagras anunció el cobro de un “derecho de piso” a los productores del aguacate, por supuesta “protección”.
No se trata del único grupo que lleva a cabo estas prácticas. De acuerdo a la investigación del Los Angeles Times, el Cártel Jalisco Nueva Generación disputa el control de este valioso producto junto a más de una decena de grupos criminales.
El interés de los cárteles por controlar el mercado del aguacate tiene un origen claro. Entre 2001 y 2018, los consumidores norteamericanos incrementaron su consumo del producto de 1 a más de 3 kilogramos por persona.
El estado de Michoacán actualmente es el único que puede vender el producto a los Estados Unidos, país que “vetó” el producto originario de México hasta 1997, en una práctica proteccionista supuestamente derivada de presencia de pesticidas en el mismo.
Ante los hechos de violencia, poblaciones afectadas por la violencia de estos grupos delictivos han creado grupos de autodefensa con el fin de protegerse de los grupos criminales.
Pese a que algunos de los principales focos de conflicto han presentado un descenso en los hechos de violencia, en otros, las matanzas y la deforestación causada por este “oro verde”, continúan en otras zonas del estado.
