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Cierre de comedores comunitarios afecta a habitantes en Chiapas

Pobreza extrema, desnutrición, falta de empleo, son parte de las condiciones en que viven los pobladores de los ejidos San José y La Trinidad, en el municipio Unión Juárez, Chiapas.

Diez niños y 5 adultos que apenas hablan castellano habitan en esta improvisada choza construida con cartón y nylon, a la cual se llega por un sendero y se cruza un arroyo. Se ubica en la parte alta del ejido La Trinidad.

En este espacio viven de trabajar en el campo y lavar ropa ajena.

Carmelina enviudó hace año y medio, tiene 5 niños, no sabe leer ni escribir y subsiste de los apoyos de sus suegros.

En la casa “de al lado”, Silvia y sus hijos duermen en una cama con colchón de tabla.

Desde enero pasado, comen lo que pueden y cuando pueden. La cocina comunitaria que les cobraba 3 pesos por alimento cerró sus puertas debido a que el gobierno federal dejó de mandar los productos que enviaba mensualmente.

Por su parte, Silvia, habitante también del ejido “La Trinidad”, de la Unión Juárez, Chiapas, dijo: “cuando no tengo comida pues buscamos lavado, algo que comer, nosotros aquí nomás se dedica al campo”.

Del comedor comunitario al que asistían Carmelina, Silvia y sus hijos solo quedan los letreros oficiales. En su interior, los utensilios esperan saber su destino.

Yolanda Rodríguez, vocal del comedor del ejido “La Trinidad” dice que extraña el bullicio de los niños y ancianos que asistían.

Diariamente servían 150 desayunos y 150 comidas. La cuota de recuperación se usaba para comprar verduras, leña, y otros productos que no daban en las despensas oficiales.

Eusebio, de 75 años, y su madre de 97 eran beneficiarios de ese comedor.

“Estamos desconsolados. Ya no hay. Ya nos quitó el gobierno, no sé qué pasa”, sentenció Eusebio.

En el ejido San José, a las faldas del volcán Tacaná, la mayoría de las viviendas son de madera o lámina, la mayoría de los pobladores viven de sembrar café.

Sin embargo, desde hace 3 años, Lorena y su esposo migran temporalmente a Sonora para trabajar como jornaleros en la recolección de uva, solo que esta vez Lorena no pudo viajar por enfermedad. En menos de 6 meses recibirá una segunda cirugía y el dinero escasea en su hogar.

Con información de NT

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