Lo que salva la legión de niebla, proyecto para la reflexión a través de poesía

Foto1 CLAU FIL08 de agosto de 2015 (Maya Comunicación/Círculo Digital)   Es posible admirar la belleza de la naturaleza y cantarle, problematizar la relación del hombre con la misma y también develar otra vez estos caminos hacia esas formas.

 

Claudia Luna Fuentes, quien actualmente vive en Saltillo, Coahuila, se encuentra en semejante empresa a través de su proyecto singular, un poemario constituido por 40 poemas que también incluye registros sonoros del bosque.

 

En entrevista con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), la creadora mencionó que este proyecto es una parte natural del desarrollo de sus intereses literarios relacionados con el hombre y la naturaleza.

 

Saltillo habitualmente se encuentra abrigada por la niebla en ciertas épocas del año, por lo cual a Claudia Luna le parece importante en términos oníricos, científicos y de registro diario, dar cuenta de esta relación, sobre todo porque la niebla podría constituirse como un recurso para ser aprovechado por la gente.

 

En el bosque de Saltillo se encuentra la mayor cantidad de niebla en aquella ciudad. “Considero que la niebla aún y cuando generalmente baja a la ciudad, la parte más bonita es la que nos reconcilia con la naturaleza y por eso estoy acudiendo cada 15 días o cada mes a la sierra”, aseguró la poeta.

 

El interés de la autora surgió al darse cuenta que el registro literario acerca de este fenómeno, que es la niebla, es escaso “y al tener que ver con el agua que somos y con el agua que se concentra en la Sierra Madre Oriental, sobre todo en la sierra más cercana a ella que es la de Zapalinamé”, también conlleva un beneficio real, aseguró la becaria con trayectoria del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA), del Conaculta.

 

Una de las preocupaciones de la artista es ver cómo se comercializa hoy en día el agua, debido a la privatización, por lo cual ha llegado a reflexionar en el uso de atrapanieblas, los cuales pueden ser desarrollados y utilizados por la gente para obtener agua.

 

Los atrapanieblas son un elemento poético que la autora utiliza en su trabajo, en el sentido de que la niebla es agua que vuela, agua que está como dormida y puede ser medida y analizada.

 

“La niebla es tan generosa que incluso capta los contaminantes que emitimos nosotros, nos puede parecer a veces peligrosa, pero tiene una función impresionante, en el sentido de no dejarnos ver o nublar nuestra vista para ver otras cosas, porque a veces queremos ver muy lejos y no vemos hacia dentro, en esta relación del agua que tenemos enfrente y el agua que somos”, refirió la escritora.

 

Como parte de las acciones de retribución social que desarrolla, Luna Fuentes, a través del PECDA, brindará un taller dirigido al público en general interesado en los registros de la naturaleza, pues considera que como escritora y poeta la relación con el mundo es digna de reflejarse y reflexionarse.

 

Este taller, a través del cual la artista compartirá su experiencia, será impartido en uno de los espacios del Centro Cultural Casa Purcell. Pues considera que en Saltillo hay mucha gente que está haciendo cosas muy importantes a nivel sonoro, a nivel de experimento o de análisis de sonido, por lo que también está interesada en recoger otras experiencias y capturar nuevas sensibilidades.

 

La becaria también comentó que el resultado de los poemas y el registro sonoro, se mostrará a través de una bocina que estará adentro de un atrapanieblas para simular que el sonido sale de ahí, el cual estará ubicado en una zona peatonal del centro de Saltillo, en donde también entregará 250 poemarios en fotocopias de papel reciclado. Asimismo, se insertará el trabajo de la gente que participe en el taller. Planea que ésta presentación se lleve a cabo en el mes de marzo del 2016.

 

Claudia Luna Fuentes nació en Monclova, Coahuila el 3 de junio de 1969. Ha trabajado como periodista, correctora de textos, editora, promotora cultural independiente y divulgadora de la ciencia. Ha publicado algunos títulos como: Casa de sol (1995); Los frutos del sol (2005); Ruido de hormigas (2005); La piel de la luz (2010) y Carne para las flores, antología personal (2011), entre otros. Tiene una columna semanal en el periódico Vanguardia, titulada Planeta personal. Actualmente es directora de divulgación científica y proyectos en el Museo del Desierto y coordina el colectivo de arte urbano Yo soy Zapalinamé.