Año 2019, excepcional por intensidad de incendios forestales y emisiones CO2

El año 2019 ha sido “excepcional” en la actividad de los incendios forestales, tanto en intensidad como en emisiones de CO2, según un informe publicado este jueves por el Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copérnico (CAMS), que destaca los fuegos en el Amazonas, Australia o Indonesia.

El informe indica que entre el 1 de enero y el 30 de noviembre los incendios forestales emitieron a la atmósfera unos 6.375 megatones de CO2 en todo el mundo.

Este ha sido un año “extremadamente intenso” para el CAMS en cuanto a la monitorización de incendios, señaló el científico de ese servicio de vigilancia Mark Parrington, quien indicó que “en ocasiones” han observado una actividad de incendios “bastante excepcional”.

Así, incluso en los lugares donde resulta previsible que se produzcan fuegos, la actividad ha sido “sorprendente” en algunos momentos del año.

Muchos han sido objeto de las noticias a escala mundial, como los del Amazonas, sin embargo, algunos incendios mucho menos conocidos también han ejercido “un efecto significativo en el medio ambiente y la calidad del aire”, como los registrados en Colombia, Venezuela, Siria y México.

Los incendios forestales pueden ser responsables de la contaminación del aire “en mayor medida que las emisiones industriales” y producen una combinación de partículas, monóxido de carbono y otras sustancias contaminantes que puede ser peligrosa para la salud de todos los seres vivos del planeta.

Los incendios en la Amazonía emitieron unos 25 megatones de CO2 en los primeros 26 días de agosto. Si bien se trata de la estimación de emisiones más elevada para agosto de todos los estados brasileños que conforman la región, se situó relativamente en línea con los datos totales para los meses de agosto anteriores en todo de Brasil desde que comenzaron los registros del GFAS, en 2003.

Las imágenes satelitales mostraron “enormes penachos de humo que abarcaban millones de kilómetros cuadrados derivados de los incendios en la zona occidental del Amazonas”.

Como sucede en cualquier incendio que afecta a la vegetación, las emisiones provocan “un gran volumen de contaminación atmosférica y de partículas, lo que afecta considerablemente a la calidad del aire”.

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