“Eva no vino de la costilla de Adán, fue un error de traducción”: experto

En la tradición judeo-cristiana, Eva, la primera mujer en caminar la Tierra, fue creada por Dios a partir de una de las costillas de Adán, pero un experto en el Viejo Testamento cree tener evidencia de que eso no sucedió así.

Entre las voces que se han lanzado contra de la forma en la que se ha contado este relato bíblico a lo largo de miles de años, se alza la de Ziony Zevit, un profesor de literatura bíblica de la American Jewish University de California, que argumenta que en la traducción del capítulo 2 del libro del Génesis, hay errores.

Zevit dice que en el capítulo que explica el origen de la Primera Mujer, se habla de que Eva salió de la costilla de Adán, pero que en la tradición bíblica, las costillas carecen de significado cultural, teológico o simbólico.

El especialista también recalca que ni en el antiguo Israel, este hueso tuvo mayor significado más allá de su función anatómica para proteger los órganos vitales del ser humano.

Para Zevit, la traducción más plausible de “tselaot“, la palabra que se usó para describir el origen de Eva, es el hueso peneano o báculo, un hueso presente en el pene de la mayoría de los mamíferos, excepto en el ser humano.

En Génesis 2:21, se habla de que Dios tomó de Adán “uno de los tselaot (plural de ‘tsela’)”, lo que lleva a pensar al estudioso que el Primer Hombre tenía varios de ellos, como si en realidad se hablara de las costillas cuando, según Zevit, dos versículos más adelante, Adán describe a Eva como “hueso de mis huesos”.

El especialista estadounidense pide no tomar las Escrituras de forma literal, sino entender en qué contexto fue escrito este pasaje bíblico, ya que Tselaot también significa “habitación” o “estructura adyacente a un edificio de mayor tamaño”.

Al usar el término “Tsela”, se infiere que Eva salió de un hueso “lateral” al cuerpo o que sobresale del tronco, por lo que no hay manera que la costilla haya sido tomada por Dios para crear a la Primera Mujer, ya que esta no sobresalía del cuerpo de Adán.

Esos son los argumentos que defiende Zevit al explicar que Eva no fue creada a partir de la costilla de su compañero, sino de sus genitales masculinos.

El estudioso afirma que en la Biblia nunca se habla del pene por su nombre, sino a través de eufemismos como “pie”, “Muslo”, “Mano”, “Talón” o “Carne”, término empleado en Génesis 2:23 para describir a Eva como “hueso de mis huesos y carne de mi carne”.

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