Deconstruir la masculinidad.

Gerardo A. Herrera Pérez

Surge una pregunta frente a la forma de comprender y legitimar la masculinidad a la que hace referencia el Sistema de Género (protectora, proveedora, violenta, etc.) es decir, para las personas masculinas y violentas, les cuestiono, estarían dispuestas a deconstruir su masculinidad para emprender una nueva forma de vida sin violencia, sin androcentrismo, sin control, sometimiento y disciplina del cuerpo de la mujer, el cuerpo de otros hombres, incluso su propio cuerpo, sin racismos e ideologías?, muchos consideramos que sí, otros tantos no desean perder el poder que da el Sistema de Género.

La masculinidad se define como el conjunto de atributos, valores, comportamientos y conductas que son característicos del hombre en sociedad, y estos pueden cambiar de cultura en cultura.

Actualmente se cuestiona la presencia de un hombre universal, realmente no lo existe más que orgánicamente, ya que actuar como hombre varía de acuerdo con el contexto histórico, social, cultural, incluso hoy también el mercado forma dichas masculinidades (hedonistas, narcisistas, libres, independientes, en busca de éxito, lujo y poder, etcétera), a éstas masculinidades les llamo masculinidades líquidas, inestables, que se generan en el ámbito de la inmediatez y, que buscan el placer, por el placer.

Por ello, es importante precisar que cada persona aprende de manera distinta a ser hombre o bien, ser mujer, es válido afirmar que existen muchas formas de ser hombre, ya que en cada cultura se encuentran presentes mecanismos y códigos aprendidos que soportan y explican esta diversidad. Factores como la raza, la orientación sexual, la condición o clase social, las enfermedades incluso, hasta la pertenencia a algunos grupos, son factores de diferenciación masculina y además de jerarquización.

Debido a que el concepto de “lo masculino” deriva de una construcción social, su significado se modifica en consonancia con los cambios culturales, ideológicos, económicos e incluso jurídicos y de marcado como lo exprese párrafos arriba, de cada sociedad, en una época determinada.

En una reflexión de Boaventura de Sousa Santos, nos expresa la importancia para evitar la colonización de pensarnos, para despensarnos y ayudarnos a repensarnos en el modelo de vida que expresamos; misma situación nos plantea cuando hablamos de esa masculinidad que somete y controla, disciplina y violenta los cuerpos de las mujeres y las niñas.

Es ahí donde pensamos la importancia de que el hombre masculino se piense, para despensarse en esa desproporcionada masculinidad y violencia en la que se vive, para deconstruirse y reconstruirse o repensarse en otro masculino más cercano a la realidad de una vida que acepta la diversidad en ese continuum entre ser hombre o ser mujer y, acepta un nuevo paradigma de vida.

Así, ese hombre deconstruido, o repensado, da vida a su vida en un ejercicio que le permite el respeto a los derechos humanos y las libertades de sus pares y de la otredad, pero además, que evita discriminar y actúa en el marco de la equidad, que trabaja para la viabilidad de la perspectiva de género, que avanza en el reconocimiento de la interculturalidad, en donde aprende y comprende de las teorías, metodologías, saberes y usos y costumbres de otras culturas sin despreciar ni colonizar, y donde sí aprecia el significado de la diversidad social, cultural, sexual, como riqueza social. Pero que igualmente trabaja en un modelo de convivencia para la Paz, donde el diálogo y la complementariedad son permanentemente.

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